Recuerdo de mi infancia

Era yo un niño de unos 10 años (hace muy poquito) cuando Agustin (si, que así se llamaba ... o lo llamábamos, porque el nunca se llamó a sí mismo ... que yo sepa) el único niño rarito del barrio se decidió un día a jugar beisbol. Nunca en su repuñetera vida había cogido un bate en la mano (puede que lo hubiese soñado, pero lo que era jugar pelota, nunca lo había hecho).

Pues ese día, Agustincito se decidió a jugar pelota como todos los demás niños del barrio. Fue a batear, al primer y único lanzamiento tiró el bate hacia atrás y como era de esperar, pues el bate fue directo hacia mi nariz. Me partió el tabique el muy ñgzghaarrg. Sangre lo normal que se hace en esos casos y a partir de ahí tengo algún tipo de comunicación elaborada con un golpe de madero entre mi nariz y mi oído derecho. De tal forma que cuando voy a la playa se me tupe con frecuencia ese aparatico insignificante que te permite oir con claridad y empiezo a oir las cosas a medias .. ojalá ... lo que me sucede es que se me queda un bisssssssss pegado ahí y como me oigo mas y oigo menos del exterior pues no puedo calibrar correctamente la voz y no se si hablo alto o bajito.

Son estos esos días en que voy a la playa, me tuesto al sol, juego con los niños, miro a las mujeres, me sacudo la arena de cuanto rincón tengo ... y por sobretodo ... me acuerdo de Agustín y de todos sus ancestrales progenitores.

Al final, ¿que tiene que ver esa foto con el tema?. Pues nada, pero es que esas no son formas de vestirse cuando lo van a entrevistar a uno ... mis ojos hubiesen estado en igual dirección.